Razón y forma de la galera y casa real que el rey, nuestro señor, manda hacer en estos reinos para castigo de las mujeres vagantes, ladronas, alcahuetas y otras semejantes.
Compuesta por la madre Madalena de san Jerónimo , fundadora de la casa de probación de Valladolid.[Pequeño escudo con las armas reales de Castilla y León, más tosco y con cuarteles diferentes del que figura en la edición de Salamanca ]
En Valladolid, por Francisco Fernández de Córdoba, año de 1608Aprobación
Por mandado de V.S. he visto esta relación de la galera y casa de recogimiento para castigo de mujeres vagantes y está muy bienordenada, por lo que importa que se publique y sepa lo que contiene y el bien que de este beneficio se sigue a la república me parece que debe V.S. servirse darle licencia para que se pueda imprimir.Licencia
Damos licencia para que se pueda imprimir esta relación de la galera y casa de recogimiento sin incurrir por ello en pena alguna. Dada en Valladolid, a 13 de noviembre de 1608 años.A la católica majestad del rey don Philipe , nuestro señor
Habiendo yo considerado y visto con la experiencia de largos años que gran parte (si no es la mayor) del daño y estrago que hay en las costumbres en estos reinos de España nacía de la libertad, disolución y rotura de muchas mujeres , sentía (aunque más pecadora que todas) un gran dolor en mi alma, así de ver a nuestro gran Dios y señor ofendido, co- [p. 5] mo de ver este nobilísimo y cristianísimo reino estragado y perdido. Este sentimiento y dolor me hacía muchas veces pensar y buscar algún medio que fuese remedio para tanto mal . Ofrecióseme uno entre otros que, aunque riguroso, me pareció el mejor y más eficaz. Venida a la corte habrá cuatro años, propúsele a vuestra majestad y juntamente las razones en que me fundaba. Vuestra majestad, con su acostumbrada benignidad y clemencia, me oyó despacio y con atención y, juzgando ser muy importante para el fin que yo pretendía, luego como tan cristiano y católico príncipe, celoso de la honra de Dios y deseoso del bien de sus vasallos, me mandó que lo comunicase con [p. 6] el duque de Lerma y con los del consejo y que con efecto le pusiesen en ejecución, como se ha hecho en esta corte de Madrid y en Valladolid. Como las demás cosas nuevas en sus principios, así esta ha causado novedad y admiración, no solo en la gente vulgar y común, pero aún en la principal y más graveIntroducción
Si el hombre siguiera la razón y luz natural de que Dios nuestro señor le dotó y la sobrenatural de la gracia y virtudes infusas con que adornó su alma y potencias, fácilmente huyera del mal y aborreciera el pecado y, con suavidad y deleite, abrazara el bien y se ejercitara en toda virtud, no fuera menester que Dios anduviera con él como con esclavo con el azote en la mano, antes bien como hijo noble y amoroso por puro amor le sirviera principalmente y guardara sus mandamientos. Pero como por el ardid y malicia del demonio, perdió lo sobrenatural y gratuito, y la razón y luz natural quedó flaca y oscurecida, comenzó sin freno y sin rienda a arrojarse a toda suerte de vicios hasta despeñarse en el profundo de toda maldad. De aquí vino a que Dios nuestro señor desenvainase la espada de su divina justi- [p. 10] cia y no solo con amenazas de los tormentos eternos de la otra vida le atemorizase y enfrenase, sino con muchos y graves azotes en esta le castigase, porque siquiera por la pena fuese cuerdo y por el temor hiciese virtud. De aquí también nació que todas las gentes y naciones, por bárbaras que sean, con un instinto común y casi natural consentimiento hayan hecho leyes sangrientas y rigurosas para refrenar y castigar los malhechores y delincuentes. De aquí tuvieron principio las cárceles, bretes y calabozos, los grillos, esposas, cadenas y cepos; de aquí los potros, los azotes, destierros y galeras y muertes y otras infinitas cosas sin cuento. Las cuales aún no bastan a agotar los pecados y escarmentar los pecadores, como con harto dolor de los buenos se ve por los ojos en estos reinos de España. Señaladamente en algunas [p. 11] mujeres, que de veinte años a esta parte poco más o menos, con su libertad y disolución, por no llamar desvergüenza, han perdido el temor a Dios y a la justicia y hecho increíble riza y estrago en los hombres y en las mismas ciudades y pueblos, como adelante diremos. El ver esto me quebraba el corazón y pensaba muchas veces cuál sería la raíz de tanto mal y cuál el remedio de él . Dando y tomando hallé por mi cuenta que la causa era el no haber bastante castigo en España para este linaje de malas mujeres y que, así que el remedio sería que hubiese tantas suertes de castigos para ellas como hay para los hombres delincuentes , pues muchas de ellas les llevan harta ventaja en la maldad y pecados. Uno, pues, de los castigos (y muy general) que hay en España para los hombres malhechores es el echarlos a galeras por dos, cuatro o más [p. 12] años, según sus delitos lo merecen. Pues así haya galeras en su modo para echar a las mujeres malhechoras, donde a la medida de sus culpas sean castigadas. Por lo cual, el fin y blanco de esta obra es hacer una casa en cada ciudad y lugar donde hubiere comodidad, con nombre de galera, donde la justicia recoja y castigue, según sus delitos, las mujeres vagantes, ladronas, alcahuetas y otras semejantes.Punto primero. De la importancia y necesidad de esta galera
Para que con mayor claridad y facilidad se eche de ver la importancia de esta galera y las mu- [p. 14] chas y graves razones que me movieron a hacerla, será necesario poner aquí los grandes males y daños que de veinte años acá este género de mujeres hacía en la república…[Grabadito con escena de la crucifixión y María y san Juan a los pies de la cruz, de frente al espectador ]