Nacimiento y crianza de doña Isabel de Ávalos y por otro nombre Isabel de la Cruz, abadesa y fundadora que fue de este monasterio de la Encarnación de Granada, con algunas vidas de otras religiosas del mismo convento.
Compuesto por una religiosa de la misma casa.A las señoras religiosas que hoy son o fueren de este monasterio.
Año 1629.[Grabado que representa escena tosca de la anunciación, con María y el Ángel ]
Con licencia.
En Granada.Francisco Heylan.Censura del padre maestro fray Diego de Campo , calificador de la general Inquisición y examinador sinodal del arzobispado de Toledo.
Por remisión del señor don Juan de Velasco y Azevedo, vicario general en esta corte, vi el libro que compuso la madre Ana de Jesús , abadesa de la Encarnación de Granada, con sus adiciones, que todo es de buena y sana doctrina, y para ejemplificar y enseñar la obligación de este estado. En San Felipe, de Madrid, último de septiembre de 1629 años.Tasa.
Yo, Marcos de Prado y Velasco, escribano de cámara del rey nuestro señor, de los que en el consejo residen, doy fe que habiéndose visto por los señores de él un libro que con su licencia fue impreso, compuesto por Ana de Jesús, monja profesa en el convento de la Encarnación de la ciudad de Granada, intitulado fundación del dicho monasterio, que tiene veinte pliegos. Tasaron cada uno de ellos a 4 maravedís, que al dicho respeto monta 80 maravedís, y a este respeto y no a más mandaron se vendiese y que esta fe de tasa se ponga al principio de cada libro para que se sepa el precio a como cada uno se ha de vender y para que de ello conste. De pedimiento de la dicha Ana de Jesús y mandado de los dichos señores del consejo, di esta fe de tasa. En Madrid, a 25 de septiembre de 1629.Erratas.
Folio 13 página 1, línea 13 dice ipsallentibus, diga psallentibus, fol. 10 pag. 1 lin. 3 dice dados diga dado, fol. 25 pag. 1 lin. 17 dice fuesse, diga fue assi, fol. 30 pag. 1 lin 11 dice que en Dios, diga y confiança que en Dios, fol. 32 pag. 1 lin 11 dice pobreza, diga prudencia, fol. 35 pag. 1, lin. 12 dice Capítulo XVII diga Capítulo XIII fol. 45 pag. 2 lin 15 dice tiarra, diga tierra, fol. 47 pag. 2 lin. 11 dice encender el, diga encendérsele el. fol. 57 pag. 1 lin. 6 dice poder, diga podre. fol. 66, pag. 2, lin. 1 dice le truxesse, diga le truxessen, fol. 112 pag. 3 lin. 8, dice estribo, diga estuvo, fol. 117, pag. 2 lin.1 dice que le volviesse, diga que le bolviessen, fol. 145 pag. 1 lin.2 dice se hallaron, diga le hallaron.Tabla de este libro.
[Del nacimiento y crianza de la madre Isabel de la Cruz y cómo vino a Granada, fol. 2. ]A las señoras religiosas que hoy son y fueren de este monasterio de la Encarnación,
salud en Dios nuestro señor y mucha gracia suya, etc. Cosa cierta es, señoras y madres mías, que el largo discurso de los tiempos nos causa novedad en las cosas y a veces es esto en tanto grado que casi vienen a perder el ser que antes tenían, aunque conserven el nombre, como hoy se ve en muchas ciudades, que fueron en otro tiempo muy populosas y ahora son pequeños pueblos, y de otras apenas quedan algunas ruinas en memoria de lo que fueron; y el [h. 7r] mismo tiempo que causa mutabilidad en estas cosas la causa en los ejercicios y costumbres. Y porque nuestra inclinación siempre nos lleva al mal y nos aparta del bien, por la mayor parte vemos que las buenas costumbres van desdiciendo y convirtiéndose en no tan buenas o en malas. Esto bien considerado obliga a no dejar pasar en olvido la mucha virtud de nuestra santa madre y fundadora que fue de esta casa y monasterio y lo mucho que trabajó para fundarla y criarla en tan santas y religiosas costumbres, como por la bondad de Dios nuestro señor hoy tiene; las cuales, mediante el mismo señor, han conservado las verdaderas hijas de nuestra santa madre. Y así también parecía conveniente tratar algo de lo mucho que se pudiera decir de la virtud y santidad de algunas de estas santas religio- [h. 7v] sas que han pasado de esta vida y si fuera lícito decir de las que hoy viven, no fuera de menos ejemplo, mas las pocas cosas que en este libro se han apuntado bastarán para memoria, porque como queda dicho no cause el tiempo alguna relajación en la observancia de nuestra regla y obligaciones. Antes no solo procuremos imitar a la gloriosa santa Clara, nuestra madre, sino a su santa hija y también madre nuestra la santa madre Isabel de la Cruz , con las demás hijas que también la imitaron, lo cual todo es confusión para mí y lo será para otras que no procuraren imitar tales y tan santos ejemplos, porque aunque es verdad que los religiosos somos obligados a procurar la perfección en todas nuestras obras, es tan eficaz medio el buen ejemplo para esto como también el malo lo es para lo contrario. El pecado [h. 8r] del mal ejemplo en un religioso, a mi parecer, es gravísimo, porque vive no solo en los que le tomaron, sino en sus sucesores, y podemos decir que nunca muere y siempre por el discurso de los tiempos va haciendo daño. Mucho debemos temer los religiosos incurrir en semejante pecado, pues según la gravedad de él será la pena y el castigo, y basta para temerlo entender que es ofensa muy grande que se hace a Dios nuestro señor. Su divina majestad nos dé su gracia para que en todo le acertemos a servir y con esto conseguiremos el fin para que nos crió, que es amarle y gozarle eternamente. Y para que hoy le consiga, pido a vuestras reverencias con la humildad que puedo me ayuden ahora y en todo tiempo con sus santas oraciones, como lo ha menester mi mucha necesidad.