MONFORTE Y HERRERA, FERNANDO. RELACIÓN DE LAS FIESTAS QUE HA HECHO EL COLEGIO IMPERIAL DE LA COMPAÑÍA DE JESUS DE MADRID EN LA CANONIZACION DE SAN IGNACIO DE LOYOLA, Y S. FRANCISCO XAVIER, MADRID: LUIS SÁNCHEZ, 1622.
Asunto 4º: Canciones
Doña Margarita de Andrada. Canción al Éxtasis de siete días del gran Patriarca San Ignacio de Loyola.
Siete días enteros, siete días,
no sé si en cuerpo o fuera dél Ignacio
cielos habita y nadie se lo impide;
y por essos espacios muy de espacio
entre aquellas celestes Gerarquías
las grandezas del cielo pesa y mide.
Mas porque el caso pide
Más alentandos bríos
Que los alientos míos,
Cielos si me contáis aquesta historia,
Daré contra el olvido a su memoria
Vida inmortal, y Apolo en concha de oro
Derramará su gloria
Del Austro al Boreas, del mar Indo al Moro.
Por assentar con Dios la compañía,
y consultar con el Ignacio a boca
las cosas del govierno, al cielo parte:
donde aprendió sin arte
la expulsión de los vicios,
los santos exercicios
de los ministros sabios desta hazienda
para que dellos pongan franca tienda
y muestren la ganancia deste trato
con Dios, que con la emienda
de la vida se compra Dios barato.
De la divina essencia apacentados
ayunando de todo lo terrestre
en el monte Moisés, Pablo en el cielo
esperando que a Dios les diga y muestre
lo para que los tiene destinados,
mirándosele esrán corrido el velo:
allí les dio el modelo
de lo que en su servicio
dan de hazer por el officio:
al uno que la ley de Dios publique,
al otro que en el mundo la predique:
mas a Ignacio, Moisés, Pablo segundo
le mandan se dedique,
a darla él solo, y predicarla al mundo.
De allí contempla atento en todo el orbe
las fundaciones grandes, los colegios,
las casas, los estudios, las personas
y los particulares privilegios,
en que a todos excede, a todos sorbe
su familia corona de coronas:
las matronas patronas
y los patrones reyes
de sus sagradas leyes,
y de su religión sus dioses lares,
y de camino mira los lugares
que hand e ocupar los suyos en el cielo,
y con tan singulares
mercedes buelve Ignacio alegre al suelo.
Canción, pues con Ignacio por humilde
avéis subido sola
a la celeste bola
gozando de sus éxtasis, dezilde
al santo padre Ignacio de Loyola
que ofrezco a sus empleos
en quatro estancias quatro mil deseos.
(ff. 20r-21r)
Doña Manuela Pardo de Monçón. [Canción]
La fuente de la luz que en copia bella
se comunica a cuerpos inferiores,
del trópico de Cancro ya impedida
lleva al Austro sus raudos esplendores,
y buelve a estar del Ártico la estrella,
en el mar de su yelo sumergida.
Pero la esclarecida
Fuente de luz copiosa
Más rauda y más hermosa,
Ignacio, que en diversos paralelos
A un tiempo se mostró dando consuelos,
No impedida de algún inconveniente,
Rompiendo azules velos
Nos comunica más su efeto ardiente.
Del trino sol en la suprema esfera
por siete días las suspenden glorias
entre la más exalta Teología,
dulcísimas de amor claras memorias
con afecto más tierno reitera
que ay más amor en más sabiduría.
Eterno alegre día,
alma de toda essencia,
cuya magnificencia
todo lo abraça, sin que parte excluya,
llena me dize, de la gracia tuya
el alma de piadoso Ignacio,
que es justo que se influya
tu gracia, a quien estuvo en tu palacio,
Pero, ¿qué rayo es este, Dios eterno,
con que al mundo parece que amenazas?
Deten, señor, el braço de tu ira
Déxame, Ignacio, mira que embarazas
de mis justicia provida el govierno:
mira la tierra y sus pecados mira.
Miro, que en quanto gira
el sol, mínima parte,
se ocupa en adorarte,
y no con el afecto conveniente.
Mísera tierra, desdichada gente:
mas tú ya no león, sino cordero
redúzela clemente.
Mira, señor, que en tu clemencia espero
si al ruego de Moysén al pueblo ingrato
perdonaste la bruta idolatría,
oy por Ignacio (aunque inferior) perdona
lospecados, extirpa la heregía,
y del pseudo profeta el insensato
sequaz agrega a tu imperial corona,
y el que en la ardiente zona
con el mayor planeta
vanos dioses respeta,
oh, confúndeme a mí en lo más profundo
tanto deseo la salud delmundo.
Venció tu caridad a mi justicia,
Ignacio, y no confundo
por esso el orbe lleno de malicia.
Canción baxa del cielo,
Pues baxa Ignacio santo,
Y dile al mundo quanto
Le debe, pues por él no le fulmina
La justicia divina.
Y aunque mi estilo la harmonía ignora,
Confiada camina
en que la nueva te ha de hazer sonora.
(ff. 24r-25r)
Asunto 6º: Glosas
Glosa de Doña Antonia de Alarcón
Del primer Ignacio fuistes
segundo Ignacio traslado,
su oficio y nombre tuvistes
y en ser deifero llamado
mucho más le parecistes.
Que el primero sois (fecundo
en hijos) que a todo el mundo
El Dios llevó verdadero,
De suerte que sois primero
(segundo Ignacio) y segundo.
La fee que ha de aprovar,
oy nos la manda creer,
que la vemos levantar
a san Francisco Xavier,
y a vos duplicado altar.
Publicando de la los,
Ignacio, que ha dado en vos,
otro Ignacio misterioso
y en Francisco, otro glorioso
Francisco a su Iglesia Dios.
Los dos desde este día
atlantes que con asombros
de gloriosa valentía
el cielo traen en sus hombros
de la sacra compañía.
Cielo sois, religión vos,
y este sol el mismo Dios,
y para su curso eterno,
los povres que a su govierno
ha dado, sonle los dos,
A los dos su gloria deve,
y en su igualdad milagrosa,
con aumento grave o leve,
essa variedad hermosa
de tanta esfera se mueve.
De lo sumo a lo profundo,
le dan primero y segundo
perpetua estabilidad,
para ser con propiedad
lo que los polos al mundo.
(ff. 32r-v)
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