CERTAMEN ANGÉLICO EN LA GRANDE CELEBRIDAD DE LA DEDICACIÓN DEL NUEVO Y MAGNÍFICO TEMPLO QUE SU GRAVE CONVENTO DE RELIGIOSOS DE LA ESCLARECIDA ORDEN DE PREDICADORES CONSAGRÓ A SANTO TOMÁS DE AQUINO, DOCTOR DE LA IGLESIA, EL OCTUBRE DE MDCLVI. DEDÍCALE AL NOBILÍSSSIMO SEÑOR DON FERNANDO DE FONSECA RUIZ DE CONTRERAS, MARQUES DE LAPILLA, CABALLERO DE LA ORDEN MILITAR DEL SEÑOR SANT-IAGO… D. IOSEPH DE MIRANDA Y LA COTERA, MADRID: DIEGO DÍAZ DE LA CARRERA, 1657.
El autor de la recopilación, en una aclaración inicial, habla de ingenios muy reconocidos que escribieron letras humanas y divinas, para demostrar que no es algo vergonzoso. Entre estos genios habla de la emperatriz Eudosia: “Y Eudosia emperatriz en Constantinopla y antes en Athenas, hija de un filósofo que la desheredó, con causa de que ella era mejorada en el concurso de la herencia con sus dos hermanos porque la dexava todo lo que él sabía. Y mostrólo passando del nombre que tenía de Athenais Gentil al de emperatriz christiana, en premio de su saber y hermosura que calificó escribiendo hymnos y cánticos y un centón que compuso de la vida de Christo señor nuestro, con versos de Homero, que dilataron su fama, &c.” (11v). Luego menciona a mujeres que según la Biblia prorrumpen en cánticos de alabanza a Dios: Débora (Jueces, cap. 5), Ana estéril cuando se ve fecundada (Reyes I, cap. 2), Judit (Judit, 16) [h. 12r.]. En el índice de autores de poesías figuran: doña Jacinta de María de Morales (ff. 42 y 122) y doña Teresa de Ahumada (f. 98), Hombres participan 78.Asuntos: Asunto 1º: cuatro canciones de 21 versos alabando a la orden y sus funciones, Asunto 2º: seis décimas a Santa Tomás coronado por Dios, Asunto 3º: soneto al apóstol San Pedro herido de muerte y proclamando su fe, Asunto 4º: un romance en 20 coplas, Asunto 5º: ocho liras de seis versos el ardor en el púlpito, Asunto 6º: doce quintillas A Santa Catalina de Sena que pasó muchos días con solo la comunión, Asunto 7º: Glosa de la redondilla dada a la factura del templo que se inaugura, Asunto 8º: seis octavas a la batalla de Lepanto gracias a la intercesión de la Virgend el Rosario, Asunto 9º: doce tercetos a la grandeza de la casa de Guzmán, Asunto 10º: ocho madrigales de 7 versos a Madrid dándole el parabién por la fundación de un convento de dominicas, Asunto 11º: romance en 20 coplas con obligaciones varias en vv. donde celebren a la diversas órdenes que acudieron a la fiesta, Asunto 12º: 12 quintillas de vejamen al templo con alabanza en serio o en burla, Asunto 13º: 16 redondillas descripción de fuegos artificiales, Asunto 14º: jeroglíficos a cualquiera de los asuntos anteriores.
ASUNTO 3º: SONETO AL APÓSTOL SAN PEDRO HERIDO DE MUERTE Y PROCLAMANDO SU FE
Soneto. De doña Iacinta Maria de Morales.
El pecho herido, la cabeça abierta
luchando con la última agonía
la fe de Pedro que espirando ardía
dio de su gran fervor noticia cierta.
La voz turbada ya, la mano yerta
lámina hizo del suelo en que escrivía,
con la excelente sangre que vertía
sacros misterios que a explicar acierta.
¡Oh, tú, que más allá de lo possible,
predicación muriendo exercitaste
negándote en lo humano a lo sensible!
Tú el renombre de mártir conquistaste
pues del sitio en que heroico padeciste
tan eminente catedral fundaste.
(f. 42r)
ASUNTO 7º: GLOSA DE LA REDONDILLA DADA A LA FACTURA DEL TEMPLO QUE SE INAUGURA
Glossa. De Doña Teresa de Ahumada
Templo de cuya beldad
se admira la execución
si es cielo, sus luzes son
culto, fervor y piedad.
Peregrina y milagrosa
quando la forma contemplo
es la que tiene este templo
siendo en todo artificiosa.
Si en su fábrica dudosa
estuviere la verdad
no dudu de que deidad
es su arquitectura fiel,
pues está diziendo el
templo, de cuya beldad.
El cuidado diligente
del artífice dichoso
haze empeño misterioso
quando executa prudente
esta máquina luciente
con tan diestra perfección
pone en duda a la razón
para alegar de su parte
que en los cielos del arte
se admira la execución.
Desta ephesia maravilla
se espante todo mortal,
que para templo cabal
no echa menos la capilla
en culto toda la villa
muestra en el adoración,
y aunque fue su destruición
el fuego, ya sus ardores
si es tierra fueron flores
si es cielo, sus luzes son.
Del piélago proceloso
en conocida tormenta
el que escapa no se alienta
a vista del poderoso
Mas el caso lastimoso
origen desta beldad
ofreció tanta amistad
al rigor de su fiereza
que vino a ser su grandeza
culto, fervor y piedad.
(f. 98r-v)
ASUNTO 8º: SEIS OCTAVAS A LA BATALLA DE LEPANTO GRACIAS A LA INTERCESIÓN DE LA VIRGEN DEL ROSARIO
Octavas. De doña Jacinta María de Morales
Hermoso campo de cristal quebrado
en quien del aire el blando movimiento
en la belleza le dexó aumentado
meciendo y no encrespando su elemento
que poco antes temieron irritado
al soplo horrible de uno y otro viento
era palestra en que se competía
la christiana y la turca valentía.
Las otomanas velas numerosas
el sitio a tanto mar poblavan
que ufanas de mirarse victoriosas
de su valor las señas ostentavan.
Y en las galas soberbias, y vistosas,
que sus movibles casas adornavan,
mostraron, que ya célebre disponen
el triunfo, que por cierto le proponen.
Víanse las católicas banderas
tanto héroe bizarro, y valeroso,
que hazían sus vaxeles las esferas
de Apolo sabio, y Marte belicoso.
Y repartiendo puesto a las galeras,
gallardo estava el general glorioso,
que enarbolando un crucifixo santo,
infundiendo valor, provocó el llanto.
Lo que el señor don Juan allí propuso,
el exército alegre lo aceptava,
tan ingeniosa la oración dispuso,
y tan valiente exemplo a todos dava.
Que no solo el ilustre, en quien es uso,
sino el plebeyo ossado le alentava,
y invocando a la Virgen del Rosario,
acometió su fe a tan gran contrario.
Embistiéronse fuertes las armadas,
los soldados valientes pelearon,
las máquinas de fuego executadas,
al ayre densas nieblas exalaron,
quando vieron sus armas mejoradas
por el favor divino, que invocaron
los christianos, a quin María ampara,
por quien triunfaron Austria, y la Tiara.
Norabuena gozes, oh, rey prudente,
desta victoria en la región eterna,
al gran Felipo aqueste gusto aumente
la naval, que oy se mira más moderna.
La fe en María a todos acreciente,
ver que al destino su poder govierna,
y esta memoria siempre permanezca,
sin que al destrozo de la edad fenezca.
(ff. 122v-123r)