CONTIENDA POÉTICA QUE LA IMPERIAL CIUDAD DE ZARAGOZA PROPUSO A LOS INGENIOS ESPAÑOLES EN EL FALLECIMIENTO DEL SERENÍSSIMO SEÑOR DON BALTHASAR CARLOS DE AUSTRIA, PRÍNCIPE DE LAS ESPAÑA. PUBLÍCALA EL D. IUAN FRANCISCO ANDRÉS, CHRONISTA DEL REINO DE ARAGÓN. I LA DEDICA A LA MISMA CIUDAD, [S/D].
CERTAMEN FÚNEBRE CÉSAR-AUGUSTANO
Asunto 2
La brevedad de la dolencia del príncipe nuestro señor, se describa en un romance de veinte, i quatro coplas: dará altos motivos a su conposición si se repare, que todo el tiempo que la vehemencia del achaque le impedía las operaciones del discurso, dezía alabanças a Dios, refiriendo fragmentos del profeta rey. Al que mejor cumpliere con este asunto, tendrá una mazeta con rosa de nueve piedras. Al segundo, una salvilla de plata. Al tercero, una tembladera de plata.
(p. 4)
Romance
De Gerónima de Viu, religiosa del Santo Sepulcro de la ciudad de Zaragoça.
Quando de su real oriente
a pocos pasos, con mucha
copia de rayos veloces
Carlos todo el orbe ilustra
con la sombra de la tierra
que es donde la muerte triunfa
para el eclipse mayor
su mismo ser se conjura
Pues interpuesta entre el sol
de Austria y entre su fortuna
que al astro más vario tanto
en sus efecto emula
Sus resplandores de suerte
a breve accidente turba
que pródigamente inmenso
espacio del orbe enluta.
Al mediodía aun no quiso
que su curso hiziera punta
de luzes, pues tanta niebla
para apagarlas madruga
Corrió la posta el ocaso,
que mucho si le apresuran
espuelas de un elemento
en la fiebre más aguda
Qual pólbora errante, todo
su cuerpo abrasa y arruga,
pues la sangre d’él son llamas
donde la vida se apura.
Minóse por todas partes
de su materia caduca
el barro donde el humano
edificio más se funda.
Una parte d’él, tan alta
boló, que a la vista burla,
si de la mayor esfera
el claro lugar ocupa.
Pero por más que tan presto
varios accidentes se unan,
armados para la guerra,
que a fuego, y a sangre anuncia.
Y por más que a sus potencias
fieles centinelas suyas,
informan de los peligros
con especies tan confusas.
Que la razón, y el discurso
le embaraçan y le ofuscan,
sin cuitar de los riesgos
quantos efectos resultan.
Assí resiste los golpes
y prevalece en la lucha,
como quien entiende quanto
en tal lanze se aventura.
De aquel valiente pastor,
que de las blasfemas turbas
de Philistea vengo
a un impulso tanta injuria.
Muchos psalmos que compuso,
donde están de la Escritura,
entre las luzes, y sombras
las verdades más ocultas.
Armas son de Baltasar
para la Vitoria Augusta,
que de su frente el laurel
eternamente assegura.
El alma de sus afectos
informando la ternura,
y el cuerpo dando sus vozes
articulación purpúrea.
Que sean imán de cielo,
poco la piedad lo duda,
con tan divina violencia,
y tan humana dulzura.
De qualquiere verso el eco
sin perder sílaba alguna,
en el más alto zafir
repetidamente dura.
Cada letra misteriosa
es una ligera pluma,
que al océano del aire
todo su gesto le surca.
Quantos peñascos encuentra
de las nuves más obscuras,
si rayo no los taladra
los deshaze como espuma.
A las vozes de su canto,
que dulcemente articula
muchos delfines le sobran,
que seguro le conduzgan.
De lexos descubre el puesto,
pues del firmamento nunca
los estrellados fanales
al que navega le ocultan.
Poco tiempo peregrino
como a su patria le busca,
para gozar la corona,
que a sus bienes más se ajusta.
(pp. 35-36)
Asunto 3
La muerte de Su Alteza, es la mayor desdicha que podía suceder a España, quando esperava dilatada sucesión con el casamiento de la serenísima señora archiduquesa, María Ana de Austria. Este assunto lo referirán quatro décimas, glossando esta copla.
La gloria no morirá
de Carlos, que en años breves
muchos siglos de dolor
su dulce memoria ofrece.
Al que se ajustare más a este assunto, se dará un tintero, y salvadera de plata. Al segundo, una pililla de plata. Al tercero, una palmatoria de plata.
(p. 5)
Glossa
De sor Gerónima Maycas, religiosa de nuestra Señora del Rosario de la ciudad de Daroca.
Dobló el amor la violencia
de Carlos para la muerte
en la esperança más fuerte
y en la más penosa ausencia.
De su prima la presencia
que un fiel relato le da,
aunque le hay muerto ya
tan bellos como cruel
de morir Carlos por él
la gloria no morirá.
En que poco tiempo amor
si las fechas de oro formas
al coraçón donde informas
muestras todo tu rigor,
de la hermosura mayor
con los rayos que le deves
tanto a fulminar te atreves
pues no pudo tu beldad
herir más en más edad
de Carlos que en años breves.
Porque no puede tener
premio sin pena el amar
la pena del esperar
es premio de merecer.
Poca gloria es posseer,
si de perderla el temor
no falta, luego es mejor,
que de esperar Carlos muera,
pues posseyendo tuviera
muchos siglos de dolor.
El amor de Carlos era
tan grande, como el deseo,
que en los leços de Hymeneo,
no es possible que creciera.
Porque del tiempo no espera
más amor, luego fallece,
pero otra vida merece,
pues su prima agradecida
cada instante de su vida
su dulze memoria ofrece.
(p. 44)
Asunto 4
El amor que su alteza tuvo al la reina nuestra señora doña Isabel de Borbón, fue singular, i lo mostró en su dolencia, pues enfermó el día que se celebrava la memoria de su muerte. A esta propuesta se pide un soneto. Al que merezca el lugar primero, se dará un espejo de christal, guarnecido de plata. Al segundo, una sortija de oro, con un coraçón de piedras. Al tercero, un par de guantes de ámbar.
(p. 6)
Soneto
De doña María Francés.
En el término crítico del día
que falleció Isabel y España llora
repetición fatal padece agora
segunda enfermedad la monarquía.
Qual breve luz que del vapor se cría
ilusión de los vientos brilladora
passó el castizo rayo de la aurora
que a resguardos del sol se prevenía.
Del ocasso materno repetida
en el dolor común la triste historia,
por su idea en venenos se reparte.
¡Oh, cuán en vano le aplicava el arte
remedio material, si ardió su vida
en la fiebre interior de la memoria!
(p. 47)
Soneto
De doña Josepha Arañón, religiosa bernarda en Santa Lucía.
En aquel triste i lamentable día
a las dulces memorias dedicado
de Isabel, que su trono trasladado
goza ya a más durable monarquía.
El amor tierno que en el alma ardía
del hijo tan amante, como amado,
de suerte se avivó, que ya trocado
su cuerpo vemos en ceniza fría.
Los dos assí recíprocos señales
de su fineza dan, la ley pisando
que la muerte al amor poner blasona.
Isabel previniéndole inmortales
Coronas, y por ella renunciando
de las caducas la mayor corona.
(p. 50)
Soneto
De doña Tomasina Francés.
De infausto luto muéstrese vestido
el mundo todo llore el suelo hispano
la ausencia de aquel fénix soberano
que en solio de zafir tiene su nido.
Triunfando de la muerte, y del olvido,
en busca de su madre boló ufano
imperios despreciando de lo humano,
solo por conseguir el verse unido.
La memoria a su amor sirvió de llama,
para que renaciesse sin segundo
en las pabesas que avivó la fama.
Incencio tanto harále más fecundo
en el póstumo honor con que le aclama,
que siendo dueño universal del mundo.
(p. 51)
Soneto
De sor Gracia Antonia Vagues, religiosa carmelita en el convento de nuestra Señora de la Encarnación de Zaragoça.
Atenta Clicie al sol más luminoso
flor de lis bella en el jardín de España
cortó de Cloto la fatal guadaña
dexando el fruto de un clabel hermoso.
Este con uno, y otro generoso
arroyo, que de lágrimas le baña,
escondiendo su real purpúrea, engaña
de la muerte al azero riguroso.
Apuróse del agua el elemento,
en fuego ya sus lágrimas convierte
de la flor la memoria repentida.
Quiso morir doblándose al tormento,
y assí el amor le dilató la muerte,
para penar más tiempo con la vida.
(pp. 51-52)
Soneto
De doña Ana de Bolea, religiosa en Casbas.
Lapidario sagaz, duro diamante
labra, resiste al golpe fiero
tíñelo en sangre i pierde aquel primero
rigor a la labor menos costante.
Contra Carlos el mal no era bastante,
que queda al golpe qual diamante entero,
tíñelo en sangre amor, y el mal severo
sugeta con amor a un hijo amante.
El mal lo agrava, y el amor lo aflige,
aquel oi de remedio, este no tiene,
y quien conoce aquel, a este no alcança.
No rige el mal, que amor de madre rige,
y Carlos por amor a perder viene
la vida en flor, y España la esperança.
(p. 53)
Soneto
De doña Beatriz Ximénez Cerdán.
De Francia marchitó la flor más bella
del rigor más común el golpe fiero
desdicha grande si funesto agüero
que a España le dexó tanta querella.
Si alfombras de cristal triunfante huella,
túmulo de dolor grave, y austero
renueva sus memorias, tan severo,
que anocheció la más lúzida estrella.
Atenta celebra las memorias
del sol, a quien devió luzes tan claras,
llorando que le falten sus reflejos.
¡Perdió su luz mi sol! perdí mis glorias.
Aquí vida veloz tu curso paras,
quiebren a un mismo tiempo dos espejos.
(p. 53)
Soneto
De doña Ana Francisca Abarca de Bolea i Mur, religiosa del convento de Casbas.
Canten tu amor, o príncipe glorioso
en los remotos términos de España
pues tu cariño i tu fineza estraña
te previenen aplausos de dichoso.
Timbre es este, que te haze más famoso,
porque el materno amor que te acompaña,
tu mismo ser ilustremente estraña
muriendo por unirse a lo amoroso.
Tu muerte fue el amor, como se ha visto,
tanto puede en tu pecho la memoria,
que aun no te libra del dolor previsto.
Oh, príncipe real, tu fe notoria
prémiela de su mano el mismo Christo,
dándote la corona de su gloria.
(p. 54)
Soneto
De doña Francisca Lanaja i Francés.
Campo de guerra el ánimo valiente
dos años fue de Carlos el amante
a la funesta Cloto, que arrogante
desvanece del mundo lo eminente.
Que su aurora muriera, no consiente
viva la mira en su ánimo constante,
tiene en su coraçón trono radiante,
y vive, porque reine eternamente.
Quando lúgubre pompa dando aviso
de orrísono metal tu pecho altera,
marchitó tu esperança y valentía.
Rindióla luego al término preciso,
que el que vivía porque no muriera,
murió, porque advirtió que no vivía.
(p. 54)
Soneto.
De D. Isabel Sanz de Latras Camargo, Condesa de Contamina.
Baltasar respirava con la vida
de Isabel que a la luz lo dio glorioso
i al amor maternal tan cariñoso
que su alma a este efecto está unida.
Del fiero golpe de la Parca herida
cedió Isabel, y a celestial reposo
passó triunfante, quando al amoroso
coraçón de su hijo dio la herida.
Memoria de su golpe tan severo,
duplicada la mira en su agonía,
y en ansias de su amor penando muere.
Llegando en sus penas, el postrero
recuerdo de dos años, aquel día
enferma Balthasar de lo que quiere.
(p. 56)
Asunto 5
Fue Su Alteza, clarísima idea de la verdad, y la encargava siempre a los que asistían cerca de su persona. Esta inclinación virtuosa la signifique el misterioso colorido de una empressa con mote latino. El que más se aventajare, merecerá el retrato de Su Alteza, para que él tenga un fiel tratado de la verdad, y el verdadero de sus facciones. Al segundo se dará un bolsillo de ámbar bordado de oro. Al tercero, un par de medias de seda, y al que se adelantare en la pintura, se dará un pedazo de espada.
(p. 6)
Sor Iusepa Comis de Uberte, religiosa de la orden de San Francisco en el convento de Ierusalem, pinta un sol con unas estrellas i un braço, cuya mano tiene al sol. El mote latino dize: Sicut hic iste, el qual está en la parte superior; i abaxo dice: In hoc splendor in principe veritas, i explicando su pintura dize que es en el sol natural inclinación i de essencia suya coronar de luzes con sus rayos i como opuesto a las tinieblas desvanecerlas con su presencia las estrellas participan de su luz, i assí brillan con resplandores comunicados. La nube tenebrosa significa la mentira; el braço representa el del príncipe nuestro señor que está en la gloria el qual tuvo natural inclinación i como essencia suya a la verdad desterrando su presencia la mentira.
(p. 60)
Vejamen
Asunto 2
Romance
Doña Isabel Sanz de Armora
no con poco lucimiento
ha escrito si bien padece
de un esdrújulo el defecto.
Pero negarle a una dama
guantes, no nos atrevemos,
aunque nos diesse un román
de mil esdrújulos lleno.
Muestra Gerónima Viu
religiosa del convento
del sepulcro, que ajustarse
sabe al assunto propuesto.
Guantes ya se estava dicho
que los merece, pues vemos
que es dama también, i ha escrito
como todas con acierto.
(p. 102)
Asunto 4
Soneto
En el término crítico del día
que murió Balthasar, doña María
Francés tanta fineza
de adolecer su alteza
propone, en el soneto más brillante
más precioso, más terso i elegante
excediendo en la gala i valentía
de su culta poesía
los mejores sonetos, que en la barca
el estudioso afán del premio embarca
porque fue de su mano brilladora
rayo castizo que tan bella aurora
nos arrojó dexándonos de suerte
que al oírlo no advierte
nuestro recto Museo
que aun a otro le compita en el deseo.
El primero laurel luego le dimos
hasta que más despacio conocimos
que su soneto del certamen era
el assunto al assunto si escriviera
su pluma el primer premio se llevara,
mas de su pluma la cultura rara
de oro la sortija ha merecido,
que un coraçón luzido
que a las mayores luzes desafía
aprisiona en vistosa pedrería.
(pp. 108-109)
De don Bruno Días de Contamina
la pluma peregrina
hallará su censura en el terceto
último del soneto
célebre que escribió doña María
Francés, pero su heroica valentía
nemine discrepante
premian de flores uno i otro guantes.
(p. 109)
De Contamina la condesa infiere
que enferma Balthasar de lo que quiere
con versos que merecen muchos guantes
aunque los diera menos elegantes.
(p. 111)
La musa más ladina
es doña Thomasina
Francés, que de su ingenio i bella mano
Apolo soberano
se enamora i admira
quando atento la mira
cómo discurre con su proprio passo
por las floridas cumbres del Parnaso.
De tan grande victoria
sea el premio su fama i su memoria,
más que de un par de guantes
las nubes arrogantes
que de sus manos esconder le quieren
rayos, que a Apolo con dulçura hieren.
Si al fénix no le hallara
madre su pluma rara
el premio se escogiera a su deseo,
pero el hijo también del Pirineo
que excelsamente con tal nombre escribe
la madre de la Fénix nos descrive.
Mas discúlpele a musa tan hermosa
ser fénix generosa
i madre, que gran parte
de su espíritu copia i le reparte.
Tanto en dila Francisca de Lanaja
que aunque el Marcial estruendo le varaja
el premio, pues su pluma reforçado
cañón ha disparado,
ardiente munición por un soneto
para que de la pólvora el efeto
a sus hermosas manos no se atreva
para defensa suya guantes lleva.
Doña Iusepa de Arañón escreve
con dulçura el amor que nos descrive
que mucho si es aveja religiosa
de Bernardo, que de una i otra rosa
que liva en el jardín donde Lucía
la llamó con su mucha melodía
se armara para lides semejantes,
lleve dos pares de olorosos guantes,
pues merecía el premio más precioso
su pluma, si el discurso conceptuoso
de su soneto más lo remontara
con vozes que su ingenio le dictara.
Sin romper la clausura del soneto
con estilo perfecto,
doña Ana de Bolea
con doña Gracia de Samper emplea
su pluma heroicamente
escriviendo poemas de repente
que el alba les inspira
para pintarnos de la ardiente pira.
de Balthasar el fuego, que su pecho
tiernamente ha deshecho
de unos guantes reciban la fragancia
que olerán a pesar de la distancia.
Gerónima de Biu religiosa
del Sepulcro, con pluma prodigiosa
dio a su hermoso soneto
la vida de un conceto
en versos tan brillantes
que por qualquiera dellos lleba guantes.
La musa que venera
Ierusalem, entre otras por primera,
es sor Leonor Abarca, que ingeniosa
dispone en verso lo que piensa en prosa.
A los guantes se inclina su destino
contra el dolor que exhala su vezino.
Sor Gracia de Bagues, que a es professa
musa en la Encarnación en tal empressa
con discursos vistosos
ha merecido guantes olorosos.
Mas doña Ana Francisca de Bolea
Abarca i Mur desea
del cielo el premio, que el de nuestra mano
le ha parecido vano,
con los versos del último terceto
su segundo soneto
prémielo de su mano el mismo Christo
dándole la corona de su gloria
pues de su pluma quiere por victoria
en el primero solamente guantes
que estarán sus manos más fragantes.
(pp. 111-113)
Asunto 5
Empressa con mote latino
Iusepa Comis tan sublime sube
que sacando la mano de una nube
al sol todos los rayos le arrebata
no será Dafne ingrata
en ceñir de laurel sus sienes bellas,
pero como le mira en las estrellas
imagina que no aparece el premio,
mas de piedad usando nuestro gremio
por aver su pintura competido
con la emblema laureada le ha ofrecido
i porque no se frustren sus colores,
guantes suaves de olorosas flores.
(pp. 119-120)
A una décima musa judiciosa
ha dado ser mi mano poderosa,
es entre todas esta la más bella:
negros rayos con una i otra estrella
esparce de su dulce rostro el cielo
ciñen el oro i évano en su pelo
desde la planta en suma hasta la frente
toda es diamante, toda es rubí ardiente.
Esta, pues, escrivir culta poesía
sabe, pero de hazerla se desvía
quando para alcançar mayor trofeo
del juizio asiste al soberano empleo.
(pp. 128-129)
de doña Thomasina
Francés, ninfa del Ebro peregrina
conceptos proprios, porque no permite
que con otros su ingenio se acredite
i pues por gloria de sus gracias sumas
buela su ingenio con sus proprias plumas
i esse papel es suyo,
querer abrirle que es delicto arguyo
que examinar sus versos sazonados
que se deven premiar a ojos cerrados
en tal caso sería
más que equidad culpable grosería.
(pp. 129-130)